Muchas veces hemos hablado de la astenia primaveral. Pero no tantas se pone sobre la mesa que, en otoño, también hay personas que la padecen.
En qué consiste la astenia otoñal
La astenia otoñal consiste en un estado de debilidad consecuencia de las dificultades que tiene el organismo para adaptarse a los cambios de estación. Estos cambios son la modificación de rutinas y horarios, el hecho de que haya menos horas de luz, el cambio de hora y el descenso de las temperaturas.
Síntomas de la astenia otoñal
Aunque los síntomas no son graves, sí que pueden afectar a nuestra calidad de vida, ya que baja nuestra energía, nuestra motivación y nuestro rendimiento. Además, pueden deteriorarse nuestras relaciones sociales y afectivas.
Hemos visto cuáles son los motivos externos. Los intrínsecos, los de dentro, son que al oscurecer antes, se adelanta la producción de melatonina, que es la hormona implicada en la regulación del ciclo circadiano. También disminuye la producción de serotonina, que es un neurotransmisor conocido como la hormona de la felicidad. Esto causa un desequilibrio en el organismo, que tiene que adaptarse a las nuevas circunstancias.
Los síntomas concretos son cansancio, debilidad, dificultades para dormir, apatía, irritabilidad, tristeza, falta o exceso de apetito y descenso de la libido.
Cómo combatirlo
Según los expertos prevenirla es difícil pero siempre puedes llevarla mejor si haces caso de estos consejos:
- Evita el estrés
- Realiza ejercicio
- Come sano
- Mantente bien hidratado
- Descansa y duerme las horas suficientes
- Incluye en tu dieta complementos alimenticios
- No abuses del café o bebidas que te mantengan despierto
Suele remitir si llevamos una vida ordenada y tenemos buenos hábitos. Pero si los síntomas persisten o se agudizan, debemos ir al médico para que vea si hay alguna otra patología subyacente que deba ser tratada.